La persistencia, la exploración, la experimentación, el refinamiento del proceso de aprendizaje y la individualidad de la interpretación son solo algunas de las cualidades que impulsan a los músicos y fotógrafos a mejorar su arte Los paralelismos entre hacer música y hacer una fotografía son muy fuertes y profundamente arraigados.
En este artículo nos gustaría explorar el proceso o la experiencia de hacer música y compararla con la experiencia de hacer una fotografía abstracta.
Una experiencia 'práctica' tanto para la música como para la fotografía
Para alguien que toca un instrumento, la música se trata tanto de "hacer" como de "escuchar". Es literalmente práctico: es físico, táctil y lo consume todo. Es un proceso muy activo y atractivo. Se llama 'Práctica'. Pero es algo que siempre disfruto.
Los músicos s e sienten muy feliz durante horas al piano, trabajando y refinando una pieza. Obtienen un gran placer y satisfacción al superar los desafíos iniciales y las dificultades técnicas contenidas en una pieza y, finalmente, alcanzar un estado de rendimiento en el que logran lo mejor que pueden.
Puedes sentir lo mismo acerca de la fotografía abstracta. Disfrutar el proceso y la experiencia de hacer una fotografía. También es práctico. La sensación de la cámara en tu mano, su peso, la correa alrededor de tu cuello, la conexión que haces cuando acercas la cámara a tu ojo, la fisicalidad de moverse alrededor de un objeto, explorar su potencial y descubrir la mejor manera de fotografiar eso.
También puedes pasar fácilmente horas seguidas en esta búsqueda. En cierto modo, es un ejercicio muy personal e íntimo, muy parecido a practicar un instrumento, y que también contiene esa gran sensación de placer y satisfacción cuando logras la toma que deseas.
Adopta el proceso de aprendizaje
Entonces, tanto en mi música como en la fotografía, se disfruta el proceso tanto como el producto final. Quienes tienen formación musical conocen el valor de la paciencia, la persistencia y la determinación, cualidades que también necesitan los fotógrafos.
Pero más que eso, el valor de la experimentación, la flexibilidad de enfoque y a valorar el proceso de aprendizaje en sí mismo. Lograr una interpretación musical satisfactoria requiere horas de trabajo tras bambalinas; horas de prueba y error, de aprender qué funciona con éxito y qué no, y horas de refinamiento.
El desafío y el incentivo
Una de las bellezas de la música y la fotografía es que puedes sentirte completamente humillado por tu oficio. Eres plenamente consciente de que nunca dejas de aprender: hay potencial en todo y siempre hay algo nuevo, ya sea una nueva pieza o un nuevo tema para fotografiar.
Explorar y estar abierto a nuevas posibilidades de interpretación proporciona un desafío y un incentivo en ambos campos de actividad y sostiene nuestro espíritu creativo.
veronicafotografia.com
ResponderEliminarLa música y la fotografía comparten un lenguaje emocional. La música evoca sentimientos; la fotografía, momentos. Juntas, crean narrativas visuales y sonoras que despiertan emociones profundas y conexiones únicas.